Dificultades sensoriales en autistas

Share this post:

Comprender las experiencias sensoriales de las personas autistas puede ser esencial para apoyar las necesidades de tu hijo y mejorar su calidad de vida. Las personas autistas pueden experimentar el procesamiento sensorial de forma diferente a los demás, lo que significa que pueden ser más sensibles (hipersensibles) o menos sensibles (hiposensibles) a diversos estímulos, como sonidos, luces, olores, sabores y texturas.

La hipersensibilidad puede hacer que ciertos estímulos resulten abrumadores o incluso dolorosos, lo que provoca una sobrecarga sensorial y puede desencadenar crisis u otras conductas de afrontamiento. Por otra parte, la hiposensibilidad puede dar lugar a una necesidad de mayor estímulo sensorial o a una falta de respuesta a estímulos que normalmente provocarían una reacción.

Como padre, es importante reconocer el perfil sensorial único de tu hijo y tener en cuenta cómo puede afectar a su vida diaria. Algunas estrategias para ayudar a manejar las experiencias sensoriales de tu hijo incluyen:

Identificar los desencadenantes: Observa las reacciones de tu hijo ante distintos estímulos para determinar cuáles pueden causarle malestar o estrés. Esta comprensión puede ayudarte a anticipar y mitigar posibles problemas.

Modificar el entorno: Realiza ajustes en el entorno de tu hijo para reducir la exposición a estímulos problemáticos, como atenuar las luces, utilizar auriculares con cancelación de ruido o proporcionarle ropa adecuada para los sentidos.

Crear un kit de herramientas sensoriales: Equipa a tu hijo con herramientas que pueda utilizar para autorregularse cuando se sienta abrumado, como pelotas antiestrés, juguetes inquietantes o mantas con peso.

Incorporar pausas sensoriales: Anima a tu hijo a tomarse descansos a lo largo del día, en los que pueda realizar actividades tranquilizadoras o disfrutar de las experiencias sensoriales preferidas, como escuchar música o pasar un rato en un espacio tranquilo.

Colaborar con profesionales: Colabora con terapeutas ocupacionales, psicólogos u otros especialistas que puedan orientarte sobre estrategias sensoriales adaptadas a las necesidades de tu hijo.

 

Cada niño autista es único y sus necesidades sensoriales pueden cambiar con el tiempo. Estando atenta a las experiencias sensoriales de tu hijo y adaptando tu enfoque según sea necesario, puedes ayudar a crear un entorno que favorezca su bienestar y fomente su crecimiento.

Cómo saber qué tipo de problema sensorial tienen tus hijos:

Comprender y detectar los problemas sensoriales de tus hijos puede ser un reto, pero con paciencia y atención puedes ayudarles a llevar una vida más cómoda y feliz. He aquí algunas señales a las que prestar atención y ejemplos que las ilustran.

Hipersensibilidad auditiva: Si tu hijo se sobresalta o se angustia fácilmente ante ruidos que a ti te parecen normales o incluso suaves, como el timbre del teléfono o el sonido de una aspiradora, puede estar experimentando hipersensibilidad auditiva.

Hiposensibilidad auditiva: Por el contrario, si tu hijo parece no reaccionar ante los ruidos fuertes o no responde cuando le llaman por su nombre, podría estar experimentando hiposensibilidad auditiva.

Hipersensibilidad táctil: Si tu hijo se resiste a ciertos tipos de ropa, como las etiquetas de las prendas o los tejidos ásperos, o muestra malestar cuando se le toca, podría tener hipersensibilidad táctil.

Hiposensibilidad táctil: Por otra parte, si tu hijo busca el contacto físico con frecuencia o parece no notar heridas leves como rasguños o moratones, puede estar experimentando hiposensibilidad táctil.

Hipersensibilidad visual: Si a tu hijo le afectan las luces brillantes, parpadeantes o intermitentes, o tiene dificultades para concentrarse en entornos con muchos estímulos visuales, puede tener hipersensibilidad visual.

Hiposensibilidad visual: Por el contrario, si a tu hijo parecen fascinarle los objetos que giran o las luces parpadeantes, o tiene dificultades para localizar objetos en entornos desordenados, podría estar experimentando hiposensibilidad visual.

Hipersensibilidad gustativa y olfativa: Si tu hijo es muy selectivo con la comida, prefiere comidas con texturas específicas o evita alimentos con sabores intensos, o le molestan olores que los demás no perciben como fuertes, podría tener hipersensibilidad gustativa y olfativa.

Hiposensibilidad gustativa y olfativa: Por el contrario, si tu hijo parece no notar los olores fuertes o busca alimentos extremadamente picantes o de sabor intenso, puede estar experimentando hiposensibilidad gustativa y olfativa.

Sobrecarga sensorial

La sobrecarga sensorial es un fenómeno frecuente que puede afectar a los autistas. Es importante comprender cómo funciona y cómo puedes ayudar a tus hijos a afrontarla y gestionarla eficazmente.

La sobrecarga sensorial se produce cuando una persona experimenta una gran cantidad de estímulos a la vez, y su sistema nervioso no puede procesarlos adecuadamente. Esto puede dar lugar a diversas respuestas, como ansiedad, malestar, irritabilidad y, en algunos casos, incluso puede provocar una crisis nerviosa.

Las personas autistas pueden tener dificultades para filtrar y priorizar la información sensorial, lo que puede provocar una sobrecarga sensorial incluso en situaciones que podrían parecer cotidianas y manejables para otras personas. He aquí algunas situaciones que podrían desencadenar una sobrecarga sensorial en tu hijo:

  • Ruidos fuertes o inesperados, como fuegos artificiales, alarmas o gritos.
  • Multitudes o lugares concurridos, como centros comerciales, estadios o actos sociales.
  • Entornos con luces brillantes, parpadeantes o intermitentes, como centros comerciales o fiestas con luces de discoteca.
  • Olores fuertes o desagradables, como perfumes intensos, productos de limpieza o alimentos con olores penetrantes.
  • Llevar ropa incómoda o de textura desagradable, como prendas ásperas, ajustadas o con etiquetas irritantes.

 

Para ayudar a tu hijo a gestionar la sobrecarga sensorial, he aquí algunas estrategias que pueden ser útiles:

  • Identifica las situaciones y estímulos que suelen provocar una sobrecarga sensorial en tu hijo e intenta evitarlos o minimizarlos siempre que sea posible.
  • Establece en casa un entorno seguro y cómodo donde tu hijo pueda refugiarse cuando se sienta abrumado.
  • Proporciónale herramientas que le ayuden a autorregularse, como auriculares con cancelación de ruido, juguetes inquietantes o mantas con peso.
  • Enseña a tu hijo técnicas de relajación y afrontamiento, como la respiración profunda, la visualización o la meditación.
  • Establece una comunicación abierta y un apoyo emocional para que tu hijo se sienta seguro expresando sus sentimientos y necesidades.

 

Estrategias para ayudar a tus hijos a gestionar y afrontar los problemas sensoriales

Ayudar a tus hijos a afrontar y gestionar los problemas sensoriales puede ser un reto, pero con paciencia, atención y adaptación, puedes mejorar su calidad de vida. Aquí tienes algunas recomendaciones basadas en los distintos problemas sensoriales que pueden experimentar tus hijos:

Hipersensibilidad auditiva:

  • Proporciona auriculares con cancelación de ruido o tapones para los oídos.
  • Minimiza los ruidos fuertes en tu casa y evita los lugares ruidosos siempre que sea posible.
  • Habla con un tono de voz suave y tranquilo.

 

Hiposensibilidad auditiva:

  • Utiliza un lenguaje claro y directo cuando te comuniques con tu hijo.
  • Asegúrate de que tu hijo tiene acceso a estímulos auditivos agradables, como música o sonidos de la naturaleza.

 

Hipersensibilidad táctil:

  • Elige ropa suave, sin etiquetas ni costuras incómodas.
  • Ten cuidado al tocar a tu hijo y pregúntale por sus preferencias en cuanto al contacto físico.
  • Intenta evitar actividades que impliquen texturas desagradables para tu hijo.

 

Hiposensibilidad táctil:

  • Proporciona actividades que impliquen diferentes texturas y sensaciones táctiles, como plastilina, masajes o terapia con cepillos.
  • Fomenta un contacto físico seguro y adecuado, como abrazos y caricias suaves.

 

Hipersensibilidad visual:

  • Ajusta la iluminación de tu casa para que sea suave y uniforme.
  • Evita las luces parpadeantes o intermitentes y reduce el desorden visual de tu entorno.
  • Proporciónale gafas de sol o sombreros con visera para proteger sus ojos al aire libre.

 

Hiposensibilidad visual:

  • Anima a tu hijo a participar en actividades visualmente interesantes, como rompecabezas, pintura o juegos de construcción.
  • Estimula el seguimiento visual y la coordinación ojo-mano con actividades como lanzar y coger una pelota.

 

Hipersensibilidad gustativa y olfativa:

  • Introduce nuevos alimentos gradualmente, respetando las preferencias de textura y sabor de tu hijo.
  • Evita cocinar o utilizar productos con olores fuertes en tu casa.
  • Utiliza platos y utensilios de cocina sin olores ni sabores residuales.

 

Hiposensibilidad gustativa y olfativa:

  • Ofrece variedad de sabores y texturas en las comidas, siempre que sea seguro y saludable.
  • Fomenta el uso de especias y condimentos para satisfacer la necesidad de sabores intensos.

 

Recuerda que cada persona autista es única y sus necesidades pueden variar. La mejor forma de ayudar a tus hijos es observando, escuchando y adaptándote a sus necesidades específicas. Mantén una comunicación abierta y busca el apoyo de profesionales especializados en el tratamiento del autismo y en terapias ocupacionales, que pueden proporcionarte recursos adicionales y orientación personalizada.

Table of Contents

More Information

Related Stories

Most Popular

Top Stories

Follow Us On Facebook

Most Popular Video

Subscribe to Positive Autism Newsletter

Subscribe

Stay in touch. Get news and announcements in your inbox.

Subscribe to Positive Autism Newsletter

Suscríbase

Permaneza informado acerca del Autismo. Subscríbase a nuestro boletín.