La adolescencia es una etapa de la vida llena de cambios y crecimiento, tanto físico como emocional. A continuación, hablaremos de algunos de los aspectos más importantes de esta etapa y de cómo puedes afrontarlos de la mejor manera posible.
Cambios físicos: Durante la adolescencia, experimentarás cambios en tu cuerpo debido a la pubertad. Estos cambios pueden incluir el crecimiento del vello en distintas zonas, el desarrollo de los órganos sexuales, cambios en tu voz y aumento de estatura. Estos cambios son completamente normales y forman parte del proceso de convertirse en adultos.
Si te sientes incómodo o preocupado por los cambios físicos, habla con tus padres, profesores o médicos para obtener información y apoyo. Por ejemplo, si te preocupa el crecimiento del pelo, puedes pedir consejo sobre aseo e higiene personal.
Cambios emocionales: La adolescencia también puede ser una etapa emocionalmente intensa. Es normal sentir una amplia gama de emociones, desde la alegría a la tristeza, y a veces todas en el mismo día. Aprender a identificar y expresar tus emociones de forma saludable es clave para gestionar estos cambios emocionales.
Para manejar las emociones intensas, puedes probar técnicas como la respiración profunda, la meditación o llevar un diario. Si estás enfadado, intenta contar hasta diez antes de responder, y si estás triste, busca actividades que te hagan sentir mejor, como escuchar música o dar un paseo.
Desarrollo de la identidad: La adolescencia es un periodo en el que empezarás a explorar quién eres y qué te gusta. No tengas miedo de descubrir tus propios intereses, habilidades y pasiones. Recuerda que ser auténtico y apreciar tu propia diversidad es importante.
Mientras exploras tu identidad, dedícate a actividades que te gusten y que te permitan descubrir tus habilidades. Por ejemplo, si te gusta el arte, apúntate a clases de pintura o dibujo. Esto te ayudará a desarrollar tus intereses y a apreciar tu propia individualidad.
Relaciones sociales: Las amistades y las relaciones sociales adquieren mayor importancia durante la adolescencia. Aunque hacer amigos y mantener relaciones puede ser más difícil para algunos autistas, es esencial seguir intentándolo y practicar habilidades sociales como la comunicación, la empatía y la resolución de conflictos.
Para mejorar las habilidades sociales, practica en situaciones cotidianas, como saludar a alguien en la tienda o hacer una pregunta en clase. También puedes unirte a clubes o actividades que te interesen, como un club de ajedrez o un grupo de teatro, donde podrás conocer a otros jóvenes con intereses similares.
Responsabilidades y límites: A medida que crezcas, también tendrás que asumir más responsabilidades y aprender a respetar los límites en distintos aspectos de tu vida. Esto puede incluir las tareas escolares, las actividades extraescolares, las responsabilidades en casa y el respeto a las normas establecidas por tus padres, profesores y otros adultos.
Aprende a priorizar tus tareas y divídelas en pasos manejables. Por ejemplo, si tienes una gran tarea escolar, divídela en partes más pequeñas y completa una parte cada día. Además, practica el respeto a las normas y límites establecidos por tus padres y profesores, comprendiendo que estas directrices están ahí para tu bienestar.
Habilidades para la vida: Desarrollar habilidades para la vida es esencial durante la adolescencia. Aprende a cuidar de ti mismo, a gestionar tu tiempo y a tomar decisiones. Estas habilidades te serán útiles en la vida adulta y te ayudarán a sentirte más seguro y capaz.
Para desarrollar habilidades para la vida, asume responsabilidades en casa, como fregar los platos o hacer la cama todos los días. También puedes aprender a crear listas de tareas o utilizar una agenda para organizar tu tiempo y asegurarte de que completas todas tus actividades.
Apoyo: No dudes en pedir ayuda o apoyo cuando lo necesites. Tus padres, profesores, terapeutas y amigos pueden ser recursos valiosos durante esta etapa. También puedes unirte a grupos de apoyo para jóvenes autistas, donde podrás compartir tus experiencias y aprender de otras personas que se enfrentan a retos similares.
No tengas miedo de pedir ayuda cuando la necesites. Por ejemplo, si tienes dificultades con las matemáticas en el colegio, pide ayuda a tu profesor o a un compañero. Si te sientes abrumado emocionalmente, habla con tus padres, con un orientador escolar o con un amigo de confianza.
La adolescencia es una etapa de cambios, pero también es una oportunidad para crecer y aprender sobre ti mismo y sobre el mundo que te rodea. Aborda estos cambios con paciencia y confianza, y recuerda que siempre puedes contar con el apoyo de tus seres queridos y de los profesionales que te rodean.