Un cambio de paradigma en la crianza y educación
Durante años, muchas familias con hijos en el espectro autista recibieron el consejo de limitarse a un solo idioma en casa, bajo la creencia de que aprender más de una lengua podría confundirlos o retrasar su desarrollo. Sin embargo, la ciencia más reciente está demostrando lo contrario: el multilingüismo no solo no es perjudicial, sino que puede aportar beneficios cognitivos, sociales y emocionales a los niños con autismo.
Evidencia científica reciente
1. Estudio de Autism Research (Romero et al., 2024)
Una investigación publicada en Autism Research analizó a más de 100 niños de entre 7 y 12 años, con y sin autismo. Los resultados fueron claros:
- Los niños multilingües mostraron un mejor rendimiento en funciones ejecutivas como la inhibición, el cambio de tarea (shifting) y la toma de perspectiva.
- Estos efectos fueron aún más pronunciados en niños con autismo, lo que sugiere que el multilingüismo actúa como un refuerzo natural frente a los desafíos sociales y comunicativos del TEA.
- Además, los investigadores encontraron que las mejoras en funciones ejecutivas reducían indirectamente síntomas nucleares del autismo, como dificultades en la comunicación social o conductas repetitivas.
2. Colaboración UCLA – Universidad de Miami (2025)
Un segundo estudio internacional confirmó los hallazgos:
- Mejor control de impulsos y atención selectiva en niños multilingües.
- Mayor flexibilidad mental y empatía, gracias a la capacidad de tomar diferentes perspectivas.
- En niños con autismo, los beneficios fueron más marcados en la regulación emocional y social.
La investigadora principal, Adriana Romero, resumió así los resultados:
“Hablar varios idiomas fortalece procesos cognitivos clave que son esenciales para la vida diaria, y en los niños autistas esto se traduce en un mejor manejo de sus síntomas.”
3. Evidencia longitudinal sobre Teoría de la Mente (Peristeri et al., 2024)
Un estudio de seguimiento con niños autistas bilingües encontró que, a los 9 y 12 años, estos superaban a sus pares monolingües en pruebas de Teoría de la Mente avanzada, es decir, en la capacidad de comprender pensamientos y emociones complejas en otras personas.
Esto confirma que los beneficios del multilingüismo van más allá de lo cognitivo y se extienden al terreno social y emocional.
Recomendaciones para familias y educadores
Los especialistas coinciden en que los padres no deben restringir el uso de lenguas maternas o comunitarias en casa. Más bien, se recomienda:
- Fomentar entornos naturales bilingües o multilingües, evitando la presión pero garantizando exposición constante.
- Valorar el idioma familiar, que fortalece la identidad cultural y el sentido de pertenencia.
- Aprovechar el aprendizaje como recurso terapéutico, ya que las funciones ejecutivas se ejercitan en cada interacción lingüística.
- Monitorear de forma individualizada, dado que cada niño con TEA tiene ritmos y necesidades propias.
Un activo cultural y cognitivo
La evidencia científica es clara: el multilingüismo no solo es seguro, sino que puede ser un activo valioso en el desarrollo de niños con autismo.
Mejoras en la atención, la flexibilidad mental, la comunicación y la empatía se suman a la riqueza cultural y emocional que supone hablar más de un idioma.
Hoy, familias y escuelas tienen la oportunidad de replantear el bilingüismo y el multilingüismo como aliados en la inclusión y el bienestar de los niños autistas.
Fuentes:
Romero et al. (2024), Autism Research
UCLA Health / UCLA Newsroom (2025)