Los individuos autistas perciben el mundo de una forma única que puede diferir de la de los neurotípicos. He aquí algunos aspectos que hay que tener en cuenta para comprender cómo pueden experimentar el mundo que les rodea las personas autistas:
- Sensibilidades sensoriales: Los individuos autistas pueden tener una sensibilidad aumentada o reducida a los estímulos sensoriales, como sonidos, luces, olores, sabores y texturas. Esto puede dar lugar a una mayor apreciación de determinadas experiencias sensoriales o a malestar y angustia cuando se exponen a ciertos estímulos. Las personas con autismo son muy sensibles a los estímulos que reciben de su entorno. Cuando reciben demasiados estímulos al mismo tiempo, pueden sentirse desorientados, abrumados y muy estresados. Debemos comprender que cuando un niño con autismo tiene una rabieta es por algo, no es para llamar la atención, es porque ha ocurrido algo que le ha abrumado demasiado y le ha llevado a su límite.
- Interacciones sociales: Las personas autistas pueden tener dificultades para desenvolverse en situaciones sociales, interpretar las señales no verbales y mantener conversaciones. Esto puede hacer que los entornos sociales resulten abrumadores o confusos, lo que conduce a una experiencia de las interacciones sociales distinta de la de los individuos neurotípicos.
- Atención a los detalles: Muchos autistas tienen una notable capacidad para centrarse en detalles y patrones, lo que puede dar lugar a una perspectiva única del mundo que les rodea. Pueden fijarse en detalles sutiles que otros podrían pasar por alto, lo que les lleva a una comprensión más profunda de temas o intereses concretos.
- Rutinas y previsibilidad: Las personas autistas pueden encontrar consuelo en las rutinas y la previsibilidad, que les ayudan a dar sentido al mundo y a sentirse más a gusto. Los cambios inesperados o las alteraciones de las rutinas pueden resultarles angustiosos y difíciles de manejar.
- Intereses especiales: Las personas autistas suelen tener intereses intensos y muy centrados en temas o actividades específicos. Estos intereses pueden aportarles gran alegría y satisfacción, proporcionándoles una lente única a través de la cual ven el mundo y se relacionan con él.
Es esencial recordar que el autismo es un espectro, y que la experiencia de cada persona será diferente. Aunque los puntos anteriores destacan algunos aspectos comunes de cómo los autistas pueden percibir el mundo, las experiencias individuales variarán enormemente.
Algunos autistas dicen que el mundo les parece abrumador y esto puede causarles una ansiedad considerable.
Debemos aprender a convivir, mirar, tratar y respetar a las personas con Autismo, porque en ellas hay un ser humano fantástico, que trabaja constantemente para pertenecer a la sociedad.
«Permítete la oportunidad de conocer, tratar y comprender a una persona con Autismo, te darás cuenta de que estás con una persona maravillosa que lucha día a día, por ser aceptada en este mundo». Silvia González